Con contundencia, buen juego y hasta rebeldía, el equipo de Tabárez le pasó por arriba a los bolivianos y sumó sus primeros tres puntos en las Eliminatorias.
En un partido difícil de jugar producto de las intensas lluvias que cayeron en Montevideo, pero mucho más abierto de lo que se podía esperar en lo previo, Uruguay impuso su fuerza goleadora para liquidar las acciones en el primer tiempo.
El sorpresivo gol boliviano cayó como un verdadero balde de agua fría entre la gente, pero no entre los jugadores. Con mente fría y rebeldía, Uruguay siguió como si nada hubiera pasado: menos de 20 minutos después ya ganaba 3 a 1.
Dos cabezazos liquidaron el partido. Diego Lugano primero y Edinson Cavani después sacaron dos testasos adentro del área que se clavaron en el arco de Carlos Arias, que nada pudo hacer para evitar la arremetida celeste.
Con el partido ya liquidado, una nueva aparición de Lugano, tras un grosero error del arquero de Bolivia, decretó el 4 a 1.
Si el partido no terminó en goleada, una más entre Uruguay y Bolivia, fue por un invento del árbitro sobre el final, que sancionó un penal inexistente que Martins convirtió en gol.
Pese a los dos goles del capitán, una vez más, y tal como en la Copa América, Suárez fue un verdadero infierno para la zaga boliviana, convirtiéndose en la figura Celeste y de la cancha.
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